Entrevistamos a Vanessa, segunda expulsada de Maestros de la Costura
¿Por qué te iniciaste en el mundo de la costura?
El mundo de la costura siempre me ha atraído. Pero durante mi etapa universitaria no podía ni imaginarme dedicarme a ello. Bastante tenía con compaginar los estudios con un trabajo a tiempo completo de contable en una empresa. Pero mi momento llegó. Al año de casarme, nació mi primer hijo, Nicolás. El permiso de maternidad, después de los primeros quince días, supuso para mi contar con un montón de tiempo sola con un bebé, que básicamente comía y dormía. Así que me lancé a hacer mis primeras cositas, en concreto una capa de baño de bebé. Pero la cosí a mano, porque por entonces no sabía coser a máquina. Más tarde me enteré que mi suegro tenía una máquina de coser de mediados del siglo pasado, y se la pedí prestada para ver si era capaz de aprender. !Y claro que sí!
¿Qué te llevó a presentarte al concurso?
Fue un compendio de varias cosas. Por un lado, estaba el tema de verme evaluada por personas ajenas a mí, pues nunca había estado con nadie del mundillo. Por otro lado, vivir una experiencia única en la vida, que suponía pasar por un casting, unas pruebas de costura y una prueba de habilidades sociales. Francamente, las cosas se fueron sucediendo de tal forma, que no daba tiempo a asimilar que estaba dentro como una de las «aprendices de maestros de la Costura». También influyó el apoyo de mi marido, quién me decía:
-Por fin vas a aprender de los mejores, aprovéchalo.
Yo le preguntaba: – ¿Y si me echan la primera?
-Pues eso que te llevas. Además, en casa te vamos a seguir apoyando en tus múltiples locuras, así que no tengas miedo.
¿Cómo han vivido tus alumnos ver a su profesora por televisión?
Realmente no lo sé. Habría que preguntarles a ellos. En unos de los colegios en los que trabajo, cuando voy a clase, realmente no tengo tiempo que perder. Y dedico cada minuto a mi asignatura.
Cuando voy al otro colegio, que está en medio de Madrid (metro Bilbao), conversamos durante el viaje. A todos les parece injusta mi expulsión, por lo que aprovecho para hablar con ellos de temas que se derivan de ello. Como, por ejemplo, cómo superar una adversidad, qué es injusto, qué supone exponer tu persona de una forma tan pública, cómo superarse… Y las conversaciones resultan tan ricas, que noto como viajeros que no nos conocen prestan atención. Incluso en alguna ocasión, han intervenido. Conversaciones como estas, son las que hacen que tenga una relación con mis alumnos que va más allá de lo académico estrictamente hablando.
¿Qué valoración haces de tu paso por el programa?
Creo que tengo un recorrido precioso. Uno de mis primeros post en la redes sociales trató sobre este tema. Si bien el tema de las plumas de mi primer vestido parece eclipsar todo, lo cierto es que (hasta mi expulsión) superé todas las pruebas con buena nota. Estoy muy orgullosa de haber ido y haberme lanzado a participar. Además, están las amistades que he hecho. Me llevo muy bien con todos y mantenemos entre nosotros un chat muy activo. Pero, sin duda, mi relación con Antonio es muy bonita. Nos unen varias cosas, ser profesores, padres de niños pequeños y, por supuesto, la costura y la moda.
¿Cambiarías las clases por las máquinas de coser?
En su totalidad, no. El que tiene vocación de docente, no puede abandonar esta profesión. Pero ahora que estoy fuera y van surgiendo proyectos interesantes, sí veo la posibilidad de hacerlo compatible. De hecho, llevo algunas semanas intentando dar forma a esta idea.
Una de las revelaciones ha sido Lorenzo Caprile, ¿Qué tal es vuestro trato con el jurado?
Se trata de una relación profesional. Yo escuchaba con atención las cosas que decían. Algunas me han servido. Alejandro Palomo es el que más me ha gustado, pues era el más cercano a nosotros. Veo en él a un gran talento de la moda española. Es alguien que consigue hacer arte. Coser puede hacerlo casi cualquiera. Diseñar también. Pero hacer arte, en su mayor expresión, creo que tan solo unos pocos son capaces de lograrlo.
¿A quién ves con posibilidades para ganar?
A Antonio. Por muchos motivos: por su profesionalidad, por su creatividad, por su diversidad y por ser tan buena persona, amigos de sus amigos.
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